Gambito de Dama nos acerca a mucho más que al ajedrez. En EEUU de los años 60, la historia de vida de Elisabeth Harmon, marcada por la orfandad, va desarrollándose de un modo ágil, fluido y cuidado en los detalles, a lo largo de siete episodios.
De su vestuario y peinado de "niña buena" y educada, pasa al de mujer femenina y segura de sí misma en el mundo ajedrecístico de los hombres. Los colores de su atuendo son negros y grises en sus etapas oscuras y coloridos en sus etapas luminosas. El negro, símbolo de la tristeza y la muerte, se hace presente en sus momentos de adicción, de culpa, de autodestrucción... para ir evolucionando, a la vez que va creciendo en edad y en madurez, a colores rojos, verdes, beige... para acabar en un blanco luminoso cuando alcanza el momento culmen de conexión con su ser y la plena seguridad en sus capacidades.
En su proceso de sanación, va descubriendo la verdad de su orfandad y encontrando el apoyo en un equipo de hombres que aprecian su inteligencia e intuición por encima de todo lo demás.
Beth mueve magistralmente las fichas del ajedrez a la vez que crece en una vida difícil en la que tiene que elegir que pieza mover para seguir adelante. La serie finaliza en el momento en el que es capaz de poner plenamente su don al servicio de la vida.
¿Y tú? ¿Cuál es tu don? No has de competir ni prepararte para ganar, sólo has de entrenarte en lo que te apasiona y dejarte fluir.