viernes, 30 de octubre de 2015

RECURSOS PERSONALES II

Nuestras creencias se alimentan de nuestras emociones y a su vez nuestras emociones buscan creencias que las justifiquen. Para las emociones que llamamos negativas porque nos hacen sentir mal (ira, tristeza, miedo...) supone entrar en un círculo, en una espiral difícil de romper.

Para salir de este embudo, es necesario observarnos desde fuera, sin juicio, con compasión (no con lástima) y con paciencia. Una vez en modo "espectadores de nosotros mismos" podemos preguntarnos:

-  ¿Dónde pongo el foco de lo que me sucede: fuera de mi o en mi interior?
- ¿Qué depende de mi?
- ¿Qué parte es responsabilidad mía?

Al responder a estas preguntas es preciso no entrar en culpas innecesarias, que nos inmovilizan y no nos permiten avanzar. Se trata de transformar la culpa en  responsabilidad, de dar una respuesta habilidosa y sana a un evento, hecho, emoción, sensación... que tiene algo que decirnos y que nos permitimos escuchar. Tampoco consiste en caer en la ira hacia los demás porque no miran desde nuestra ventana, porque no responden a nuestras expectativas. Si la ira aparece, le damos la bienvenida porque también tiene algo que contarnos, la dejamos salir sin focalizarla en los otros y luego leemos su mensaje.

No es fácil ser espectador de uno mismo, requiere entrenamiento y muchas veces acompañamiento terapéutico. Detrás de nuestras emociones hay creencias conscientes y otras inconscientes que asoman de forma automática e impredecible. ¿Cuántas veces repetimos reacciones, respuestas o actuamos habiéndonos propuesto hacerlo de otro modo?

Ahora estamos preparados para dar un paso más, para bajar de la mente al corazón. Que la mente entienda no significa que el corazón comprenda. Tomar conciencia supone darle un lugar en el corazón a lo que hasta ahora no hemos podido ver. Para hacerlo necesitamos valor. El valor no es la ausencia de miedo. Tenemos valor cuando nos darnos permiso para sumergirnos en el dolor (sin instalarnos en el sufrimiento) y tomar su mensaje. De este modo podemos soltar cargas que no nos corresponden y sanar los lazos de amor que nos unen a los demás.




www.psicologiacano.es

No hay comentarios:

Publicar un comentario